viernes, 7 de junio de 2013

Reconciliándose con el pasado, el Virrey Lorenzo Suárez de Mendoza.

Escudo de D. Lorenzo Suárez, como aparece en su retrato.*







ue primo segundo de Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España y por lo tanto también descendiente de el Marqués de Santillana.
El 26 de marzo de 1580 fue nombrado virrey por el rey Felipe II, para reemplazar al anterior virrey, Martín Enríquez de Almansa, que había sido promovido a virrey del Perú. Suárez de Mendoza hizo su entrada solemne en la ciudad de México el 4 de octubre de 1580, y en esa fecha tomó formalmente cargo de su administración en la Nueva España. La pompa con que fue recibido no tuvo precedentes. Su carácter afable y la atención que prestó a los asuntos públicos lo hicieron muy pronto una figura muy popular.

Don Lorenzo Suárez de Mendoza, 5º Virrey de la Nueva España (1580-1583)
Óleo sobre tela, Colección del Museo Nacional de Historia,  Castillo de Chapultepec. 

Fue muy breve  el gobierno del virrey Suárez, a quien la muerte sorprendió en el ejercicio del cargo. Durante los tres años que estuvo en México, intentó, como prioridad, combatir la corrupción que desde entonces existía entre las autoridades.

Siendo un hombre recto y honesto, una de su mayores preocupaciones fue terminar con la proliferación del vicio y la corrupción administrativa, la cual había alcanzado enormes proporciones. Miembros de la Audiencia, oficiales de gobierno, jueces y burócratas vendían sus servicios y decisiones. Suárez intentó detener tales abusos con algún éxito. El poder de la Audiencia limitaba algunas de sus decisiones y eso le impedía el completo éxito en su lucha. Para combatir las obstrucciones de la Audiencia pidió al rey Felipe II el envío de un visitador. Esta importante posición recayó en la figura de Pedro Moya de Contreras, nombrado mediante Real Cédula en 1583, quien ya era el primer inquisidor general de la Nueva España y, además, arzobispo de la ciudad de México. 

Su obra más importante para el Virreinato de la Nueva España fue el establecimiento del "Tribunal de Comercio" conocido como Consulado en los puestos más importantes: Acapulco y Veracruz.

Suárez de Mendoza ya era viejo cuando tomó posesión del cargo y no sobrevivió más de tres años después de esto. Murió el 29 de junio de 1583 en la capital del virreinato. Sus restos fueron sepultados en la iglesia de San Francisco y más tarde trasladados a España a su tumba familiar.


*Escudo cuartelado. Primero, cuartelado en aspa, 1º y 4º de sinople una banda de gules perfilada de oro, y 2º y 3º de oro la salutación evangélica "AVE MARIA GRATIA PLENA". Segundo, cuartelado, 1º y 4º de gules un castillo de oro aclarado de azur, 2º y 3º de plata un león rampante al natural** coronado de oro. Tercero, jaquelado de 15 piezas de oro y azur. Cuarto, jaquelado de 15 piezas de gules y oro. Quinto (escusón) de oro cinco hojas de higuera puestas en aspa.

****Es poco probable que fuera de oro ya que es un metal sobre otro metal, así que lo interpreté como: "al natural" de igual manera es un poco extraño así que probablemente el león era de gules o de púrpura, cuestión del pintor del retrato. Por eso aquí dejo otros dos diseños.


Firma de D. Lorenzo Suárez


+Los escudos que aparecen en estas entradas son de mi autoría y basándome en las imágenes de los mismos que aparecen en los retratos de los virreyes, se les suplica dar crédito.+

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